"¿Es que ya no usas maquillaje? ¿Cómo puedes haber pasado de tener tanta ropa a esto? ¿Es que ya no te gusta la moda? Antes bien que comprabas bolsos..." Si me dieran un euro cada vez que alguien me pregunta esto, la verdad es que os estaría escribiendo desde una hamaca en las Bahamas, mientras remuevo el agua de mi coco fresco con una pajita (metálica, of course) y me hacen la manicura. Aún a día de hoy me sorprende que a la gente le sorprenda (valga la redundancia) que otras personas cambien. ¿Acaso lo normal es ser si[...]